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CREATIVIDAD: LA MINA DE ORO QUE ESTÁ EN NOSOTROS
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Publicado en 13/03/2021

 

María Gabriela Campoverde es  abogada especialista en propiedad intelectual y socia gerente del estudio jurídico Crealegis, ubicado vía a Samborondón. Su campo de acción es la creatividad de las personas, y cómo poder salvaguardar ese capital intelectual para que pueda ser un motor en la productividad personal. Su experticia en la creatividad se debió a que ha estado cerca de gente que ha explotado este intangible y de esa forma entender cómo la creatividad con el apoyo legal puede empujar de forma muy positiva a la economía y en general a la sociedad que hoy está buscando posibilidades laborales debido a la crisis económica y a los efectos de la pandemia.

Afirma que en el Ecuador hay mucho talento, somos una potencia en materia prima, en mano de obra, en producción de artesanías. EL problema es la informalidad y para esto en su estudio jurídico se encargan de socializar y asesorar a los emprendedores, creadores, a las personas que crean en el verdadero potencial de las ideas para que entiendan los procedimientos legales y puedan amparar justamente el valor que esta genere en el campo al cual vaya dedicada. Tiene una experiencia de quince años en estos temas y podría narrar muchas historias en que a los creadores se les robaron la idea por no conocer los procedimientos de registro de propiedad intelectual, o que su marca ya estaba registrada por otra persona, para poner algunos ejemplos.

Cree que no se puede depender del Estado y que se debe ayudar a que las cosas sucedan. Debería existir una política sostenida para impulsar al sector cultural, conocido como parte de la “economía naranja”. Además de generar un producto interno bruto, empleo, representan la herencia cultural, todas nuestras tradiciones que están contenidas en nuestra diversidad, costumbres, formas de comunicarnos, etc., es un intangible tan importante al que no se le ha dado el sitio que le corresponde en el desarrollo de los pueblos en Latinoamérica en general.

Por eso se han enfocado en impulsar las acciones para que el creador tenga las herramientas para salir adelante independientemente del lugar en donde se encuentre, porque las ideas no tienen fronteras. Todo proyecto empieza con una idea, que se desarrolla y es fuente de recursos inagotables, infinitos y renovables, a diferencia de los productos no renovables como el petróleo, por ejemplo.

Habla con mucho optimismo sobre la apuesta que le hacen para que el creativo pueda vivir de su trabajo, como un guionista, un escritor, que puedan vivir haciendo lo que les gusta. No se puede concebir en el siglo XXI que el autor de una canción que se escucha en todos lados sea pobre, dice.

Uno de los proyectos que están actualmente impulsando es el sombrero de Montecristi, este sombrero de paja toquilla tiene denominación de origen y existe en una localidad en donde se hacen de una forma específica, constituyen un patrimonio cultural y los sombreros más finos se fabrican en un lugar que se llama Pile, en Manabí. Este es un lugar apacible en donde los artesanos tejen el sombrero en un ambiente mágico y lleno de elementos culturales. En septiembre del 2020 este producto ecuatoriano se iba a lanzar con una campaña para reinvindicar su verdadero nombre en el Miami Fashion Week, conocido evento de moda. Lastimosamente por la emergencia sanitaria del Covid 19 se canceló, pero está coordinando para poder promocionarlo y llevarlo a mercados internacionales, para lo cual ha tenido que viajar a Miami y trabajar desde allí. Mucha gente conoce a nuestro sombrero como “Panama hat”, por lo que hay que corregir ese concepto erróneo y posicionarlo como el sombrero de paja toquilla orgullosamente ecuatoriano. Hay que sumar esfuerzos desde nuestras trincheras, acota.

Reconoce que la pandemia golpeó muchísimo a los sectores creativos y culturales, a las actividades como música, teatro, cine. Sin embargo, en Guayaquil la actividad gastronómica  no se ha detenido, los emprendimientos culinario son una característica de esta zona y se han defendido de la mejor forma en estas duras circunstancias que nos ha tocado vivir.

Indica que la gran riqueza que tiene cada una de nuestras regiones, con su forma de expresarse, su historia y bagaje cultural es el mayor tesoro que tenemos y confía que en este año van a retomar las actividades con mayor fuerza para seguir trabajando en estos intangibles tan importantes que sin embargo todavía son desconocidos y lastimosamente no están incluidos en los ejes de desarrollo del país. Así pues, van a realizar conversatorios virtuales con diferentes sectores para socializar estos temas de propiedad intelectual, derechos de autor, el desarrollo de la creatividad, etc.

Finalmente, hace un llamado a que la gente le apueste a su talento y que los gobiernos de turno incluyan como políticas prioritarias a este componente tan importante no solo como fuente de desarrollo económico sino también como parte de nuestro patrimonio e identidad. La mina de oro que buscamos está en la mente de cada persona, concluye.

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